El ahorro en época de crisis está más presente que nunca. Cada uno de los artículos que se adquieren por parte de los ciudadanos tiene previsto ahorrarse al máximo. También en el caso de la ropa. Y es que aunque la industria de la moda incite al consumo, a la compra constante, lo cierto es que el vestuario es uno de los sectores en los que las cabezas de familia más pretenden ahorrar. Existen trucos para el ahorro en ropa, trucos que permiten ganar tiempo y dinero, en especial en cuanto a mujeres y niños se refiere.
Para los que tienen segura la realización de una compra, cabe tranquilizarles: es posible estrenar ropa conllevando al menos algún ahorro. Por ello, el lugar escogido para la compra es importante. Las marcas conocidas de ropa suelen tener los precios más altos, ya que tienen más empleados contratados y posiblemente un local en el centro de la ciudad cuyo alquiler es bastante alto. Casi lo mismo ocurre con las tiendas de barrio, si bien estas al menos tienen precios razonables. Pero aun así es posible encontrar prendas más baratas: Internet ha proporcionado herramientas muy útiles para el ahorro. Es aquí cuando hay que entrar a hablar de las ofertas online y cupones de descuento; existen webs especializadas en ello que ayudan a comprar por unos euros menos. Asimismo, comprar ropa de segunda mano por Internet o bien en tiendas dedicadas a ello ayuda a estrenar sin rascarse demasiado el bolsillo. Eso sí, asegurándonos siempre de que el vendedor es fiable.
Aprovechar la temporada de rebajas es una de las opciones más conocidas a la hora de ahorrar. Comparar precios antes de realizar la compra también es una opción que suele traer buenos resultados. Es difícil y a veces cansino, pero también es cuestión de acostumbrarse; ser paciente es también sinónimo de ser buen comprador.
Otra opción conlleva acudir a fabricantes de ropa de mujer, es decir a proveedores. Si bien esta opción está indicada para aquellos que tengan algún negocio, es posible también pagar el mínimo de un pedido si un grupo de amigas, vecinas o compañeras os decidís a pagarlo entre todas. Y es que la ropa de mujer de moda siempre es algo apetecible, incluso en época de crisis.
Así, los mayoristas de ropa pueden sacar del atolladero a más de uno, si bien tienen como condiciones de venta dirigirse solo a profesionales del sector o negocios dedicados a la moda. El truco está en intentar evitar los menos intermediarios posibles. Por ello hay que buscar en tiendas que vendan directamente después de haber comprado a un mayorista de ropa, sin que haya más empresas o negociadores de por medio. Así te aseguras un precio justo y mínimo, y por tanto barato.
Lo mismo ocurre cuando se habla de moda para hombre. Por lo general, la ropa de hombre suele ser más cara, ya que ellos no tienen el hábito de renovar el armario de manera tan constante como el sector femenino. Por tanto, se repite la operación de comprar en tiendas directamente relacionadas con proveedores de cinturones, como Vaello, por ejemplo. En ocasiones es mejor apostar por un producto elaborado en la misma zona o país, ya que la tasa de impuestos para que los paquetes entren en la zona es más barata o inexistente.
Y con estos trucos se llega hasta uno de los ahorros más temidos: el de la ropa para niños. Sin duda es natural que crezcan y que la ropa no les venga bien, lo que conlleva unan mayor renovación de armario y un gran desembolso casi mensual.
Hay una prenda cuyo deterioro es inevitable, su herencia de hermano en hermano es casi imposible y su vida corta: los zapatos para niños. En este sentido, lo mejor para ahorrar en ropa es acudir a un outlet de calzado infantil. O, de nuevo, recurrir a la magnífica herramienta que es Internet para acceder a una tienda online de calzado infantil, como Billowy, donde los precios sean más razonables que en una tienda de gran marca.
Otro truco para ahorrar en ropa para los niños es comprarla un poco más grande a ser posible, pero sin que llegue a molestar los movimientos del pequeño. En este sentido, los proveedores de ropa infantil como Reprepol no suelen tardar en sus pedidos a una tienda una vez realizado el encargo, pero siempre es mejor pedir una talla de más. Por si el pequeño da un estirón o, simplemente, para asegurarse de que la prenda que le hemos pedido a la dependienta para que la traiga a la tienda tiene un uso más extendido en el tiempo.
El carrito puede ser de segunda mano, prestado por alguien cuyo hijo ya no lo necesite; no obstante si es imposible hacerse con uno usado, siempre puede recurrirse a tiendas de carros de bebé como Reino Bebé y observar los descuentos, de nuevo con una ojeada previa en Internet (recuerden comparar precios…).
Pedirle algo prestado a alguien que tenga un hijo mayor que el nuestro, o la típica herencia de ropa entre hermanos es algo que se ha hecho siempre. Un truco muy importante también es educar al niño a apreciar la ropa; existe una tendencia en la actualidad en la que los niños se empeñan en obtener un artículo de marca o con un diseño muy conocido: hay que enseñarles que en ocasiones es mejor optar por ropa más barata y probablemente, igual de buena en calidad, haciéndoles partícipes de la economía doméstica para que tomen conciencia como parte de su educación.
Con estos trucos quizá uno no consiga hacerse rico, pero sí ahorrar algunos euros que puedan invertirse en otra cosa o guardarse para el futuro, en el que ahora mismo podemos pensar tan poco. No en vano, la ropa ha pasado de ser una razón de estatus a algo indispensable, necesario, pero fácilmente prorrogable.