En estos tiempos de crisis económica por los que atravesamos se hace totalmente indispensable ir recortando todos los gastos innecesarios que sean posibles para ahorrar al máximo de cara a un futuro incierto, laboralmente hablando.
Uno de los aspectos de los que no podemos prescindir bajo ningún concepto es el transporte, ya que en mayor o menor medida todos dependemos de él, bien para ir al trabajo, a la universidad, a la escuela, a visitar a nuestros seres queridos, para salir por motivos de ocio y muchas otras cosas más. Pero sí es cierto que aunque no podemos prescindir de él sí podemos reducir el dinero que se nos escapa por esta vía.
Desde este artículo os vamos a proponer algunos sencillos consejos con los que seguir moviéndonos sin que el coste de los desplazamientos sea tan elevado para nuestros ya de por sí precarios bolsillos.
Tener coche supone un gran gasto desde que sales del concesionario con él, no solo por el propio dinero que te has gastado en el vehículo, sino por los gastos asociados a él que vendrán después. Desde revisiones, ruedas, llenar el depósito, pagar el seguro, la inspección técnica de vehículos, el permiso de circulación, hasta el garaje y las averías, el coche es una fuga de dinero constante.
La primera alternativa que os proponemos es el uso del transporte público, aunque por horarios o combinaciones de los diferentes medios de transporte entendemos que no es lo más apropiado en todos los casos. Si en realidad os dais cuenta de que no es del todo necesario para vosotros y podéis prescindir de él en lugar de ocasionaros nada más que gastos, una buena forma de sacar un dinero por él es ir a un negocio de empeño de coches, como Global Car. De esta forma no solamente ahorraréis, sino que ganaréis algo más por un trasto inútil que os estaba sacando el dinero.
Si no os queda más remedio que utilizar vuestro propio vehículo, una forma de ahorrar dinero es elegir aquellos con depósito de gasoil en lugar de gasolina. Normalmente este tipo de coches son más duraderos en el tiempo y consumen menos. Quizás no lo notes si eres de los que echan 20 euros de combustible, pero si llenas el depósito sí te darás cuenta de la diferencia de precio. Además, a la larga tardarás más en comprarte un nuevo vehículo y estarás ahorrando también en el coste del mismo y en otros pagos añadidos como el impuesto de matriculación.
A veces, como decíamos, por distancias o por horarios no tenemos sencillo usar el transporte público. Pero hay muchas empresas que ofrecen diferentes posibilidades a sus trabajadores. Por ejemplo, aquellos que salen a altas horas de la madrugada cuentan en ocasiones con la posibilidad de usar taxis a cargo de la empresa, un servicio de ruta que también costea la misma o la posibilidad de reducir jornada a cambio de una reducción de sueldo, entre otros. En el caso de este último, debemos estudiar la posibilidad, ya que si gastamos más en el coche de vuelta que en lo que realmente ganamos más de sueldo y encima nos está aumentando la cotización, con lo que el sueldo es menor, realmente estamos trabajando más por un menor saldo disponible para nosotros.
Las opciones de ruta de empleados y de taxi también son buenas si sabes usarlas. Si tienes la vuelta gratis a casa, por qué usar el coche también para ir. Es conveniente informarte acerca de lo que cuesta el transporte para llegar al trabajo porque si en menos que el viaje de ida y vuelta en tu coche te estará compensando dejarlo en casa.
Si todavía así no te queda más remedio que usarlo, otra buena opción de reducir costes es compartirlo con gente que tenga tu mismo horario y con la que compartas el camino o al menos parte. Podéis turnaros una semana cada uno para llevar el coste, de forma que no tengáis que andar repartiendo el dinero o haciendo bote para la gasolina, es una forma totalmente equitativa de compartir. Si por ejemplo no cumples toda la ruta que hace un compañero y te quedas a mitad de camino, puedes ofrecerle aportar una cantidad para gasolina y demás gastos y que te acerque hasta tu casa.
Y tampoco hay necesidad de compartir coche con personas de tu misma empresa. Gracias a las redes sociales e incluso ya a través de aplicaciones para el móvil, podemos encontrar personas con las que compartir el coche que vivan cerca de nosotros y cuyo destino sea nuestra universidad o el mismo distrito en el que trabajamos. Además, estas aplicaciones cuentan con filtros en caso de que tengas reparo a la hora de usarlas. Por ejemplo, si eres mujer y te sientes intimidada por la presencia de un hombre desconocido en tu coche, puedes aplicar el filtro de sexo solo para que aparezcan mujeres en tu búsqueda.
Otra buena forma de ahorrar se encuentra directamente a la hora de comprar el vehículo. En lugar de dejarte llevar por tus gustos, piensa más en las necesidades que tienes en el momento en el que lo adquieres. Puede que te guste un todoterreno, pero ¿en realidad vas a ir al monte a usarlo con tanta asiduidad? Quizás te compense alquilar uno para esa excursión que hagas un fin de semana al año y comprarte un pequeño compacto para todos los días. Asimismo pasa con los coches de alta gama. ¿Realmente necesitas uno? Si te paras a pensar, invertir alrededor de 20.000 euros en un coche nuevo tampoco es una buena opción y puedes valerte perfectamente con un vehículo que saques de un negocio de compra venta de coches en Valencia como Leader Car o en cualquier otra ciudad donde están cada día más presentes.
Otra forma de ahorrar está en el estacionamiento del coche. Estaremos de acuerdo en que un coche se deteriora mucho menos si está guardado en un garaje cubierto que si está a la intemperie, pero por ejemplo, para periodos pequeños de tiempo como en los que sales de compras puedes tratar de aparcar en los estacionamientos gratuitos de los centros comerciales, usar los tiques de compra para pagar menos al recogerlo si tienen algún descuento o, si vas al centro de la ciudad, otra buena opción es dejarlo a las afueras, en las zonas donde no hay estacionamiento regulado por el Ayuntamiento y no es necesario pagar y desde allí coger un autobús al centro para no gastar más gasolina ni tener que pagar una tarifa en un aparcamiento subterráneo si tampoco encontramos sitio en la superficie.
Siguiendo con esta estrategia de dejar el coche algo retirado, otra buena opción para aquellos que se van de viaje es huir del aparcamiento en el aeropuerto de Madrid y dejar el coche a las afueras del mismo. Se trata de un servicio que no se encuentra solo en Madrid, sino que se ha extendido a otras muchas ciudades con aeropuerto como Santiago de Compostela u Oporto. Hay empresas con aparcamiento para coches un poco retiradas del aeropuerto a las que llevas tu vehículo para estacionarlo allí durante un periodo de días y ellos mismos se encargan después de llevarte hasta el aeropuerto y de recogerte cuando llegues. Puedes incluso en algunos casos pedir que te recojan directamente con tu coche para no tener que pasar por sus instalaciones y poder marcharte desde el aeropuerto. Y algunas de estas compañías te devuelven incluso el vehículo lavado.
Y estas son solo algunas formas de ahorrar en el transporte, aunque hay muchas más. El ahorro tiene el mismo límite que vuestra imaginación, es decir, ninguno.