Las joyas y abalorios de plata son unos de los más deseados por el público actual. Pero también lo era en tiempos de nuestros abuelos e incluso antes. Desde la época de los griegos, que fue la civilización de la antigüedad que más utilizó este metal precioso, la plata ha estado presente en la joyería que hombres y mujeres han lucido a lo largo de la historia. ¿Qué tienen las joyas de plata que raramente pasan de moda?
La plata es bella, pero discreta. Mientras el oro es un símbolo de ostentación, de poderío económico, la plata denota gusto por la belleza.
Nos recuerda el color de la luna, y el de las estrellas que atisbamos en las noches despejadas. Tiene un cierto valor mágico. Como si fuera un trozo del firmamento que se hubiera depositado sobre la tierra y ahora la lucimos sobre nuestro cuerpo. Sintetiza nuestra fascinación por la belleza que desconocemos.
Es un metal resistente e imperecedero. No se oxida. Si limpiamos un objeto de plata con productos adecuados, puede utilizarse, aunque hayan pasado varios siglos desde su fabricación, luciendo parte de su brillo y esplendor.
Los joyeros lo saben, y por eso, en su catálogo de joyas raras veces puede faltar un expositor de artículos de plata, aunque ellos personalmente no lo trabajen. Es el caso de Ricard, que regenta una joyería en Cala Mayor, en Palma de Mallorca, que busca en mayoristas como Novaplata, objetos que lucir en su escaparate.
La plata está en sintonía con la joyería moderna. Se adapta al gusto por las joyas discretas y minimalistas que triunfan hoy en día. Hay materiales como el oro blanco, el platino y el acero, utilizados con frecuencia en la joyería actual, que buscan imitar el efecto de la plata. Indaguemos un poco más en el asunto.
Las joyas de plata a lo largo de la historia.
Dice la web de historia del arte Encicloarte, que en el Antiguo Egipto ya se combinaba el oro y la plata para fabricar los famosos brazaletes que se lucían en la corte del faraón, a los cuales se les solía incrustar gemas de piedras preciosas como la piedra de lapislázuli. Sin embargo, fueron los griegos quienes supieron aprovechar todo el potencial de este metal, creando un mercado de compra-venta de plata.
En la Antigua Grecia se fabricaban con plata adornos para recoger el pelo de las mujeres para que lucieran más bellas. También era el material indicado para elaborar objetos ceremoniales que se empleaba en el culto a los dioses.
El pueblo Celta, anterior a los romanos, desarrolla una gran habilidad en la fundición y trabajo de la plata, la cual la utiliza casi exclusivamente en la confección de joyas, gran parte de ellas, con motivos religiosos y simbólicos. Fabrican, sobre todo, anillos, pulseras y pendientes.
Los romanos recogen de los griegos las técnicas para trabajar la plata y las desarrollan. Estas mismas técnicas pervivirán durante la edad media en los burgos o ciudades de Europa, el norte de África y Oriente Medio, dando lugar a un nuevo oficio de artesanos, los plateros.
Existen dos áreas focales en el trabajo de la plata durante el Medievo. Por un lado, los pueblos germánicos centroeuropeos, que fusionan las técnicas romanas con la tradición celta y, por otro lado, el Islam, que recoge y conserva toda la sabiduría de Roma y la difunde por el Mediterráneo. Los plateros estaban bien considerados en la edad media, a pesar de su pertenencia al pueblo llano, ya que suministraban joyas y objetos preciosos a los reyes, a la nobleza y al alto clero.
El renacimiento es la época en la que el uso de la plata alcanza un gran protagonismo. En ello influye el descubrimiento y conquista de América. Llegan grandes cargamentos de plata procedente del nuevo continente, los cuales se distribuyen por toda Europa a un buen precio. Se emplea una cantidad de plata mayor de la que se había utilizado antes y se pone más atención en los acabados. Mientras el oro se reserva a los negocios, como moneda de cambio, y para la joyería de hombre, como símbolo de estatus y poder, la plata será el material preferido en la confección de joyería femenina. Las mujeres de la época la consideran más bella, y le dan más valor que al oro.
En el siglo XVI y XVII, con el barroco, se perfeccionan los trabajos en plata, recargando cada objeto con multitud de detalles, algunos con un valor simbólico y otros meramente decorativos. Posteriormente, con el absolutismo francés de Luis XIV, el rey sol, la plata se relega a un segundo o tercer plano, ocupando un papel protagonista el empleo del oro.
Será en la época victoriana cuando el imperio británico reivindique la utilización de la plata en joyería, mezclándola con piedras preciosas y semipreciosas provenientes de lugares exóticos.
La platería de Córdoba.
Dice el Diario de Córdoba que si existe un oficio ligado a la historia de la ciudad, ese es el de los plateros. La aparición de los artesanos de la plata en la ciudad andaluza va ligada a la instauración del Califato de Córdoba.
Los árabes introducen las técnicas romanas en el trabajo de la plata y las desarrollan, dando lugar a la orfebrería. El arte de labrar la plata decorando la superficie con dibujos y motivos en bajorrelieve. Córdoba se hace tan popular en la edad media, qué grandes señores y mercaderes de medio mundo acuden a la ciudad para adquirir joyas de plata. No solo árabes, también cristianos.
Tras la reconquista de la ciudad, se aprovecha toda la infraestructura anterior para seguir fabricando objetos en plata, esta vez, principalmente, para uso religioso. Esto permitirá la aceptación de los plateros por parte de la iglesia católica, pues muchos de ellos son de origen judío y morisco, que deben convertirse al cristianismo para no ser expulsados.
Hasta a principios del siglo XVI, los plateros de Córdoba no estaban organizados. Es a mediados de este siglo cuando se crea la Cofradía de San Eloy. Una entidad religiosa asistencial que estaba formada solo por aquellos maestros plateros que querían pertenecer a ella. En los hechos funcionó como una especie de colegio o gremio de plateros en la ciudad. Sus estatutos eran muy explícitos en cuanto a su afiliación. El aspirante a entrar en la cofradía debía pertenecer al arte; es decir, al oficio de platero, y se negaba la posibilidad de entrar como cofrade a mujeres, caballeros y hombres poderosos.
Durante siglos, la platería en la ciudad fue regulada bajo la forma de una cofradía religiosa, la cual la protegía a los artesanos ante la intromisión y la presión de las autoridades religiosas.
En la actualidad, la platería en Córdoba sigue conservando un gran prestigio nacional e internacional. Combinando el trabajo artesanal, necesario para conseguir joyas de gran calidad, con las nuevas tecnologías asistidas por ordenador, como el diseño CAD-CAM. A su vez, ha dado lugar a varios sub-oficios, que incrementan la división del trabajo y lo especializan, manteniendo alto estándar de calidad.
Las joyas de plata que más se venden.
La joyería en plata tiene muy buena salud. Se vende tanto para mujeres como para hombres. Estas son las joyas de plata más vendidas en la actualidad:
- Collares y cadenas. Son todo un clásico que mantienen cierta vigencia. Ya sea en forma de audaz collar para lucir en ciertas ocasiones, como una cadena que sirve de soporte para colgantes o medallas. La ventaja que tiene las cadenas de plata es que, limpiándolas con bicarbonato o con algún producto específico, conservan su brillo natural y no se dejan enturbiar por agentes externos, como puede ser el sudor corporal. Por lo que si se desea, se puede llevar a diario.
- Pulseras de plata y cuero. Esta combinación moderna ha causado sensación en la joyería para hombre. Son joyas elegantes y sutiles, que permiten utilizarse a diario o combinarse con cualquier look. Dan un aire informal y desenfadado, siempre con el toque de distinción que aporta la plata.
- La plata es muy versátil para la fabricación de estos complementos. Con ella se pueden fabricar desde los clásicos aros, que dan un toque racial, étnico, muy marca España, hasta florituras con diversas formas: una luna, una lluvia de estrellas, una caja de pandora o un diseño más abstracto.
- Anillos. Las nuevas tendencias estilísticas que han prendido en una parte de la juventud han propiciado el renacer de los anillos y sortijas de plata. Es el caso de los góticos, tanto en hombres como en mujeres, que reivindican un gusto por los objetos medievales y por los grandes anillos con sello que posteriormente se pueden personalizar. La afición por lo vintage, por otro lado, ha permitido recatar diseños de anillos inspirados en joyas de otras épocas.
En la joyería se aprecia una vuelta a los tonos claros y sutiles, a los artículos informales que permiten lucirlos en cualquier ocasión. Sin duda, en este campo, la plata es uno de los materiales de mayor calidad que puedes encontrar en esta gama.