Desde el pasado mes de marzo, en España y en otros tantos lugares del mundo estamos asistiendo a la más excepcional de las situaciones que nos ha tocado vivir. Nadie se esperaba el brote de una pandemia como la que nos está tocando vivir. Hemos padecido sus consecuencias sanitarias, con varios centenares de miles de muertos repartidos por todo el planeta y con una crisis económica que todavía está en ciernes. No cabe la menor duda de que se trata de una situación que genera una tremenda cantidad de problemas y que, como no estemos preparado para afrontarla, nos atará de pies y manos en menos tiempo del que nos podamos dar cuenta.
Que se lo digan al sector del turismo de nuestro país. Esta actividad es la más importante de cuantas tenemos en el interior de nuestras fronteras. España recibe una enorme cantidad de viajeros de todo el mundo a lo largo del año y en este 2020 el turismo va a quedar reducido a una pequeña parte de lo que suele ser. ¿Las consecuencias? Un montón de gente que trabaja en hoteles, bares y demás lugares de ocio vacacional en el paro. Y cuando esto pasa, ya sabemos que se produce un ‘efecto dominó’ que sacude al resto de la economía.
Una noticia que fue publicada por el portal web del diario ABC indicaba, en pleno crecimiento del coronavirus en nuestro país, que todos los hoteles debían cerrar sus puertas antes de que llegara el 26 de marzo. Eso implicaba perder toda la Semana Santa. Y eso también implica una cosa más: el no poder asegurar un verano repleto de éxitos desde el punto de la vista de la ocupación. En primer lugar, porque el aforo máximo no va a estar permitido durante los tres meses que vienen. En segundo lugar, porque la gente tiene miedo.
Medida en términos numéricos, esta crisis podría suponer una pérdida para el sector de un total de 55.000 millones de euros. Una auténtica desgracia de la que informaba el portal web especializado Hosteltur. No cabe la menor duda de que nos encontramos ante una situación muy peligrosa y que tenemos que sobrellevar de una manera realmente inteligente si no queremos vernos abocados al fracaso. Los dirigentes de los hoteles lo saben y por eso se tienen que pertrechar con los mejores recursos para tratar de lidiar con la situación que nos rodea.
En un momento de tanta zozobra para los hoteles españoles como el actual, en el que la crisis del coronavirus ha puesto en un brete a todas las empresas del sector, es importante que este tipo de entidades acierten con los servicios que contraten y las compras que realicen. En ese sentido, toda inversión que tenga que ver con el marketing de la compañía es de la máxima utilidad y los hoteles de nuestro país lo saben bien. Los profesionales de Hotel-Up, una entidad encargada de prestar precisamente este tipo de servicios, nos han comentado que, a pesar de la problemática actual, los hoteles de nuestro país siguen invirtiendo en publicidad y marketing conscientes de la importancia que eso tiene en la actualidad.
Vencer el miedo, una prioridad
Si hay algo que es común a buena parte de las familias que pensaban viajar durante estos meses de verano es el miedo a contagiarse, algo que crece si, además, tenemos que desplazarnos fuera. La mejor manera que tiene un hotel de comunicarse con sus clientes y demostrar la seguridad que ha implantado en la totalidad de su recinto es a través del marketing, sobre todo del digital. Y esa es la estrategia que parecen estar desarrollando los hoteles españoles de un tiempo a esta parte.
Si se consigue vencer ese miedo, no cabe la menor duda de que vamos a tener la posibilidad de hacer que los negocios hoteleros se reactiven de una manera muy importante. Es cierto que hay que esperar algo de tiempo a que la situación vuelva a la absoluta normalidad, pero no cabe la menor duda de que ese momento, antes o después, terminará llegando. Hasta entonces, hay que luchar y tratar de conseguir poco a poco los propósitos que vayan marcando las autoridades sanitarias.
Estamos convencidos de que la crisis que nos están diciendo que se avecina se puede combatir, al menos en lo que respecta al sector hotelero. Esta actividad es la que ha tirado del carro desde hace más de una década y es la que debe marcar el ritmo de la economía en los tiempos que corren. Y estamos plenamente convencidos de que así va a ser. Además, es recomendable que así sea, porque no hay actividad más rentable y más fiable en nuestro país que la que tiene que ver con la recepción de turistas de otros lados del país y, cómo no, de cualquier otra zona del mundo.