No sé si se trata de una nueva moda o es un interés que estoy redescubriendo, pero cada vez me gusta más pasar tiempo en la cocina y preparar platos diferentes. Hay quienes dicen que esto de sebe a la proliferación, tan abundante estos días de programas de televisión, pero también a la creciente percepción de que debemos preocuparnos más por lo que comemos.
En este sentido, la verdad es que he tenido la suerte de que me han educado muy bien en esto de comer de forma saludable. Al final, cuando te educan en hábitos saludables de alimentación es algo que haces sin ningún esfuerzo.
Ya desde pequeña, recuerdo cómo revoloteaba por la cocina mientras mi abuela y mi madre estaban preparando la comida. Me gustaba mucho ver cómo preparaban cada plato y cómo sabían sacar el máximo partido de su cocina.
No sé, si esto se ha ido perdiendo con el tiempo, pero recordando algunos de los consejos de mi abuela, recordé que siempre tenemos algún que otro truco de lo más útil tanto para manchar menos, como para conservar mejor los productos o, muy importante, para conseguir una mayor eficiencia energética y, así, ahorrar en nuestras facturas.
Los Trucos de la Abuela para Manchar y Gastar menos en la Cocina
Mi abuela siempre me decía que nunca me faltaran los limones, no solo por todas sus magníficas propiedades para la salud, sino también por lo bueno que es el limón como desinfectante y por su olor fresco para evitar malos olores.
Por otra parte, siempre me indicaba que para extraer su zumo lo mejor era hacerlo rodar por la encimera antes de cortarlo, apretándolo contra esta suavemente. De este modo, conseguiría extraer mucho más zumo que si solo lo cortaba a la mitad y lo exprimía.
Es un truco que me ha permitido ahorrar bastante en limones y es que el precio de esta fruta de oro, estos días está por las nubes.
Otro de mis trucos favoritos era el de cómo mantener el pan fresco, mi abuela me decía que tan solo tenía que meterlo en una bolsa de plástico con un tallo de apio y cerrarla. El pan absorberá la humedad del apio, y estará más fresco. Como el apio además no tiene un sabor fuerte no afecta al gusto del pan.
Entre los mejores trucos a la hora de cocinar, mi madre siempre me recordaba cuando me veía llorando como loca al cortar cebollas que tan solo poniéndolas debajo del grifo para pelar y cortarlas conseguiría evitar los gases que hacen llorar los ojos al impregnar la atmósfera. Creo que este es uno de los trucos más imitados por mis amigos.
También para alargar la vida de frutas y verduras mi abuela lo que hacía era añadir una hoja de papel de cocina en el fondo del recipiente donde las tenía guardadas. Este papel absorberá el agua sobrante que acelera el envejecimiento de los vegetales. También para conservar mejor las hierbas, como el perejil o la albahaca lo mejor es guardarlas cubiertas en papel de cocina y dentro de un plástico.
Al aficionarme de nuevo a la cocina empecé a recordar todos estos trucos, así como los que me iban a ayudar a ahorrar en la cocina.
Invité a mi madre a comer para que me recordará algunos de estos trucos y me orientara en cómo organizar mejor el espacio. Siempre me sorprende la cantidad de cosas útiles que sabe mi madre. En un momento me recordó todos los trucos importantes para ahorrar y me puso la cocina como los chorros del oro.
Me dijo que cuando hierva utilice poca agua y que mejor utilice la olla a presión que me había regalado, ya que supone un ahorro de energía del 50%.
También me recordó que mientras cocinara, el simple gesto de tapar las ollas, cazuelas y sartenes conseguiría mejorar la eficiencia energética en un 25% de energía. Me comentó que podía plantearme cambiar la vitro, ya que la mejor opción para cocinar, en cuestión de ahorro, es el gas natural o butano.
Mi madre se había tomado muy en serio lo de ayudarme y me dijo que si le dejaba me haría un par de cambios para conseguir la cocina perfecta. No podía disuadirla de lo contrario así que le di luz verde.
Reorganizó todos los armarios y hasta me compró unos nuevos en Alvimodul, una tienda de muebles de cocina. Me cambió la vitro por una elegante cocina de butano y, en cuestión de un mes tenía la cocina perfecta.