Durante el desarrollo de nuestra vida todos los seres humanos estamos aprendiendo en todos y cada uno de sus momentos, desde que nacemos hasta que dejamos de existir. Por ello, como dice el viejo refrán “la vida es un aprendizaje constante” o como dijo el célebre actor y maestro en artes marciales “la vida es tu maestra, y tu estás en un estado de aprendizaje constante”. Existen infinitas formas y modos de aprender, ya que tenemos y podemos desarrollar una inteligencia con una gran capacidad de maleabilidad, en la que todo aprendizaje tiene su momento y su oportunidad.
Los niños aprenden jugando ya que es una forma principal y primordial en su aprendizaje y en su desarrollo, mediante el juego aprenden a ser sociables con los otros niños, a comunicarse, a ganar, a perder, a negociar, a resolver situaciones, conflictos, a escuchar, a decidir…
En la niñez, los padres juegan un papel importante en la introducción de la lectura como aprendizaje, pues a través de la lectura de los cuentos los niños aprenden a distinguir los buenos comportamientos de los malos, se involucran en las historias de sus personajes, conocen nuevo vocabulario, desarrollan la imaginación, la creatividad, etc. por lo que prefieren cuentos que tengan escenas familiares que no les sea difícil su asimilación, con los que después puedan llevar a cabo juegos basados en los cuentos que ya conocen. Estas lecturas deben contar con un lenguaje muy sencillo y el narrador debe tomar en serio el relato, haciendo cambios en la voz, gesticulando con la expresividad del rostro, incluso exagerando para que el niño mantenga su atención y se pueda divertir, por lo que también es una forma importante de aprendizaje.
En el mercado existe literatura infantil destinada a la estimulación del vocabulario básico y del lenguaje oral, por ello, si vosotros queréis educar a vuestros hijos con la mejor de las garantías, nosotros os recomendamos que acudáis a Ediciones Aljibe, una editorial nacida hace más de 25 años, y que es un referente en publicaciones de temática educativa, especialmente en la atención a las necesidades educativas especiales. Sus publicaciones están orientadas a la mejora de la atención a la diversidad y a dar respuesta a profesionales de la educación, la psicología y la pedagogía.
El niño en su desarrollo del aprendizaje de la lectura pasa por distintas etapas que se dividen en:
- Etapa logográfica. Se desarrolla normalmente alrededor de los cuatro años, en ella el niño es capaz de reconocer algunas palabras escritas que le son familiares mediante su asociación con el contexto y la forma en que están escritas, sin conocer ni el grafismo. Por ejemplo, por el contexto en que están escritas, por la forma de las letras, su dibujo, sus colores, el tamaño, etc. Es una lectura basada única y exclusivamente en la información visual, como pueden ser títulos de series de dibujos animados, logos de determinadas marcas muy conocidas, como vehículos, bebidas, establecimientos comerciales, etc. En esta etapa el niño sostiene con sus manos los libros de una forma adecuada y comprende que cuenta con sus dibujos una historia, aunque no puede leer sus palabras.
- Etapa alfabética. Esta fase que se suele desarrollar entre los 4 y 6 años, el niño comienza a distinguir disposiciones gráficas como d, p, l, m… y puede comenzar a leer palabras con la cadencia y el ritmo necesario para adjudicarles un significado, es decir articulando las palabras por sílabas o fonemas, por ejemplo, pe – lo – ta, mu – ñe – ca. En esta fase es muy común observar como el niño silabea en voz alta para escucharse a sí mismo pronunciar la palabra y puede llegar a comprender que lo que se escribe puede ser leído por otras personas, así mismo sabe que la dirección de la escritura es de izquierda a derecha. Los libros que se aconsejan para esta etapa escolar deberán contener dibujos y colores muy llamativos, con letras grandes, palabras sencillas, con una separación muy marcada entre las palabras y aproximadamente dos líneas por página como máximo.
Etapas de aprendizaje más allá de los seis años
A partir de los seis años es el turno de la etapa ortográfica. En ella, el niño conoce todas las equivalencias fonéticas de las letras y sílabas que forman la palabra, reconociendo un patrón ortográfico para una lectura un tanto fluida y aunque gana velocidad en la lectura todavía no se puede considerar un lector hábil. Los libros de cuentos o escolares en esta etapa utilizan los dibujos para reforzar y confirmar el significado de lo escrito. Así, con esta base, los jóvenes ya pueden comenzar a estudiar con facilidad los temarios propuestos en su etapa educativa.