Los baños de sauna son una actividad de cuidado y relax que poco a poco se va haciendo más popular en nuestra sociedad. Encuentras saunas en gimnasios, hoteles, spas. La buena noticia es que si quieres, puedes instalar una sauna en tu casa. En cualquier rincón. No necesitas reunir unas condiciones especiales. Te explicamos cómo.
En Finlandia, su tierra de origen, las saunas están por todos lados. Puedes encontrar saunas públicas, de libre acceso para los ciudadanos. Saunas en centros educativos, como campus universitarios; en edificios de oficinas; en bloques de apartamentos y, por supuesto, en domicilios privados.
Los finlandeses suelen tomar sesiones de sauna entre 3 y 5 veces a la semana, si bien, es el sábado el día de la sauna por excelencia. Ese día, familias enteras, acuden a tomar su baño de sauna en familia. Los finlandeses son así. Personas muy familiares.
La sauna, sobre todo, tiene un valor de cuidado para la salud. El ritual de la sauna reactiva la circulación sanguínea y previene enfermedades cardiovasculares. Una práctica recomendable en los países nórdicos, donde las temperaturas son bajas y pasan gran parte del año con poca luz solar.
Además, la sauna combate el estrés. El calor que se produce en el interior de la cabina favorece la recuperación de enfermedades inflamatorias como la artritis, así como distintas dolencias que afectan a nuestras articulaciones y órganos internos.
Aunque las personas acudan desnudas a la sauna, este no es un espacio erótico. El nivel de deshidratación y la ralentización del ritmo cardiaco que se produce en el interior de una sauna no favorecen que el lívido sexual esté en sus niveles adecuados.
Lo más interesante de todo esto es que si los finlandeses pueden instalar una sauna en sus casas o apartamentos, ¿por qué no lo podemos hacer en España?
Una sauna en cualquier lugar.
La revista digital Perdiendo el Norte asegura en uno de sus artículos que las saunas se pueden instalar en cualquier rincón de la casa. En un baño, en el hueco de una escalera, en un sótano, en un pasillo…
Necesitas un espacio delimitado que puedas cerrar con paneles de madera y que tenga acceso a la red eléctrica. Las estufas de las saunas modernas son eléctricas.
En la sauna finlandesa la puerta de la cabina se cierra, para mantener el calor en el interior. Para ventilarla es interesante que tengamos una ventana con apertura al exterior, aunque no es imprescindible.
Otro aspecto a tener en cuenta es la posibilidad de colocar un plato de ducha cerca de la sauna. El ritual de sauna se complementa con una ducha de agua tibia. Cuando el sujeto sale del baño de calor, donde ha alcanzado temperaturas entre los 75 y los 100 grados, es conveniente que se dé una ducha para reacondicionar el cuerpo y limpiarse el sudor. Este requisito condiciona un poco el lugar donde instalar la sauna.
Podemos instalar una sauna en la parte exterior de nuestra casa. En nuestro jardín, al lado de la piscina. Es una opción bastante sugerente, ya que podemos pasar el cuerpo por distintas estaciones de temperatura, lo cual resulta beneficioso para la salud. Nos damos el baño de calor en la sauna, después tomamos una ducha y concluimos el ciclo zambulléndonos en la piscina.
Para estas casetas de sauna exteriores debemos tener en cuenta que la electricidad llegue hasta la cabina y que la parte externa de la caseta esté construida con maderas resistentes a la intemperie.
¿Cómo se instala una sauna?
Los fabricantes de Saunas Luxe, una empresa con oficinas en El Escorial (Madrid), que llevan más de 40 años construyendo e instalando saunas, nos dicen que una sauna es un trabajo a medida. De ahí la adaptabilidad de esta instalación.
Las paredes, suelo y techo de la sauna están recubiertos de madera de abeto o cedro. Un material que soporta las altas temperaturas y es resistente a la humedad.
El primer trabajo que hay que hacer para instalar una sauna es medir toda la superficie que va a ocupar. Con estas medidas, se preparan los paneles en el taller de carpintería y se instalan in situ. Los paneles se ensamblan con herrajes y tornillería de acero inoxidable. Nunca se utiliza cola, ya que el calor destruye las propiedades de los adhesivos.
La cobertura de la sauna debe fijarse mediante puntos de anclaje a los elementos de la habitación: paredes y techo.
Seguidamente, se colocan los bancos, también fabricados con el mismo tipo de madera. Estos bancos nos permitirán descansar y relajarnos dentro de la sauna y tomar nuestra sesión, sentados o tumbados. Siempre que se pueda, es interesante colocar bancos a diferente altura, como si construyéramos una grada. Disipa la sensación agobiante que se experimenta dentro de la sauna. Cuanto más alto estemos, notamos un poco menos la sensación de calor.
Por razones estéticas o para evitar la claustrofobia, algunos usuarios optan por colocar la puerta de acceso de cristal o por cerrar el espacio con paneles de vidrio. Algo que podemos hacer sin ningún problema, siempre que nos aseguremos de que no haya fugas de calor.
El último paso para instalar la sauna es colocar la estufa. Esta se suele ubicar en el centro del habitáculo para favorecer que el calor se reparta uniformemente por toda la superficie. Una opción interesante, que ha aparecido en los últimos años, son las saunas de infrarrojos, que economizan el consumo de electricidad y el calor se irradia desde las paredes.
Beneficios de tener una sauna en casa.
Desde luego, tener una sauna en casa es un capricho que beneficia a nuestra salud. Estas son algunas de las ventajas que obtienes si instalas una sauna en tu hogar:
- Relajación y alivio del estrés. Tener una sauna en casa ofrece un espacio personal y tranquilo para relajarse. El calor ayuda a liberar las tensiones musculares y mentales, proporcionando un alivio efectivo del estrés diario.
- Mejora de la circulación de la sangre. La sauna provoca que los vasos sanguíneos se dilaten, lo que mejora la circulación. Esto puede ayudar a reducir la presión arterial y mejorar la salud cardiovascular.
- Desintoxicación del cuerpo. El sudor inducido por la sauna ayuda a eliminar toxinas del cuerpo, limpiando la piel y mejorando la función renal. Una manera, por ejemplo, de tener una piel más tersa y luminosa.
- Fortalecimiento del sistema inmunológico. Está demostrado que las saunas finlandesas ayudan a fortalecer el sistema inmunológico. La exposición al calor incrementa la producción de glóbulos blancos, mejorando, de esta manera, la capacidad del cuerpo para combatir infecciones.
- Alivio de dolores musculares y articulares. La sauna es ideal para aliviar dolores musculares y articulares que sufrimos en el día a día, especialmente después de un día agotador o de realizar una sesión extraordinaria de ejercicio. El calor relaja los músculos y ayudar en la recuperación de lesiones menores.
- Comodidad y privacidad. Tener una sauna en casa permite disfrutar de todos sus beneficios en cualquier momento, sin necesidad de desplazarse. Facilitando que podamos seguir esta rutina con cierta regularidad. Las saunas caseras ofrecen privacidad total, permitiendo un uso cómodo y personal.
- Añaden valor a la casa. Instalar una sauna finlandesa en casa puede aumentar el valor de la propiedad. Es una característica que muchos compradores potenciales encuentran atractiva, especialmente para un público donde el bienestar y la salud son prioritarios.
El ritual de la sauna.
Como dice el blog de la cadena Consumer, las sesiones de sauna forman parte de una rutina de cuidado personal. De poco nos sirve que nos metamos dentro de la sauna, si no lo integramos en una serie de acciones. Estas acciones podemos realizarlas desde casa. El ritual de la sauna se divide en cuatro pasos:
- Preparación. Unos minutos antes de meternos en la sauna es conveniente que bebamos abundante agua o alguna infusión sin azúcar. Es importante que el cuerpo tenga una buena reserva de líquidos para favorecer el sudor. También es adecuado darnos una ducha caliente inmediatamente antes de entrar en la sauna. La ducha preparará la piel y el cuerpo para que el choque térmico sea menos impactante.
- Calentamiento. Esta es la sesión de sauna propiamente dicha. El periodo que pasamos dentro de la cabina. En saunas secas como la finlandesa se recomienda no permanecer en el interior más de 20 minutos. Si nunca hemos tomado baños de calor, es recomendable empezar por sesiones cortas de 5 minutos hasta que nos habituemos al calor.
- Enfriamiento. Para recuperar el tono de nuestro cuerpo, es imprescindible darnos una ducha de agua templada, tirando a fría, después de salir de la cabina de sauna. Se remienda que la ducha empiece por los pies y vaya subiendo progresivamente por todo el cuerpo. La cabeza debe ser lo último que enfriaremos. Así nos evitaremos posibles mareos.
- Recuperación. Por último es aconsejable permanecer tumbado en una tumbona durante al menos 10 minutos. De esta manera, tu cuerpo recuperará de forma escalonada su presión sanguínea.
Como hemos visto, tener una sauna en casa es un lujo al alcance de cualquiera.