La llegada de los reyes magos se acerca rápidamente y en este año tan inusual, los pequeños se merecen disfrutar de unas fiestas que les compensen un poco lo raro que ha sido el 2020 y empezar el 2021 de una manera divertida, amena y especial.
Y como nosotros, muchos de ustedes, estarán pensando qué tipo de regalo darle a los pequeños, que no solamente sean divertidos, sino que también sean didácticos para ellos, y contrario a lo que pudiéramos pensar en primera instancia, los juguetes a control remoto o teledirigidos, son una buena opción, que cumple con las premisas que mencionamos antes.
Para entender mejor a qué nos referimos con eso, conversamos con los especialistas de Tienda RadioControl, especialistas en la venta de teledirigidos para todas las edades y quienes pueden hablarnos de los beneficios que tiene para los pequeños, jugar con ellos.
Lo primero que debemos entender es que cuando hablamos de teledirigidos, no nos referimos solamente a los coches o tractores que tradicionalmente nos han vendido como juguetes especialmente para varones. Los teledirigidos, son una forma más sencilla de hablar de robótica, y ella -como todos los juguetes- no deberían ser adjudicados a niñas o niños.
La robótica es algo con lo que convivimos sin darnos cuenta, y así como en los años 90 la informática empezó a colarse en las vidas cotidianas de todos los que crecimos en esa época y a día de hoy es impensable no tener con nosotros móviles y dispositivos electrónicos, la robótica será fundamental para los pequeños que crezcan en esta, pues los juguetes de robótica para niños son un excelente medio para acercarlos a los avances tecnológicos y para interesarlos en el funcionamiento de las cosas.
La robótica educativa
La robótica educativa es un método pedagógico que trata de enseñar a los niños conceptos relacionados con ciencias, matemáticas, ingeniería y tecnología; a través del diseño y creación de robots o autómatas para la realización de ciertas tareas o trabajos, es capaz de estimular la creatividad del niño, potenciar su razonamiento lógico, prepararle ante un entorno para resolver problemas por sí mismo, y a la vez combinar el trabajo en equipo ya que deben compartir recursos tecnológicos.
La robótica educativa no solo se trata de hacer robots y proporcionarles conceptos de ingeniería, sino que abarca muchas otras capacidades y habilidades de las que hablaremos a continuación:
- Razonamiento: Lo primero que estamos fortaleciendo con la robótica educativa es la capacidad de razonamiento y comprensión en el niño. Esto se debe a que conforme va acoplando las distintas partes del robot, va entendiendo el por qué una pieza va en un sitio o en otro. Es un desarrollo práctico y visual, por lo que le será mucho más fácil comprender el orden de los distintos componentes. Lo que a largo plazo le hará entender que existe un orden por el que se deben comenzar las cosas, o para entenderlo más sencillamente: para correr, primero hay que caminar.
- Curiosidad: Cuando un niño tiene afición por la elaboración de robots, con el tiempo va a intentar nuevas aplicaciones y querrá experimentar nuevas funcionalidades con el mismo juego, por lo que irá acoplando nuevas piezas que le permitirán hacer diferentes cosas. El ser humano es curioso por naturaleza, siempre nos gusta descubrir nuevas informaciones, cosas o experiencias sobre los aspectos que nos apasionan.
- Creatividad: La propia curiosidad de la que estuvimos hablando en el apartado anterior, va a impulsar la creatividad en el niño para conseguir experiencias nuevas. La pasión de hacer lo que le gusta constantemente le va a estar estimulando para desarrollar nuevas formas de alcanzar un reto o de ampliar un primer proyecto. Cuando nos referimos a la creatividad en la robótica educativa, puede reflejarse por dos vías diferentes, que dependen de la intención del niño, que pueden ser:
- Conseguir un resultado diferente con las mismas premisas del inicio.
- O alcanzar el mismo beneficio pero mediante un procedimiento diferente.
- Concentración: La construcción de robots o cualquier otro tipo de juguetes que implique acoplar diferentes piezas conlleva un alto nivel de concentración y de atención a los detalles, evidentemente es mucho más sencillo concentrarse cuando lo que estás realizando tiene un desenlace estimulante.
- Resolución de problemas: La vida está llena de problemas, y los niños no siempre van a serlo, por lo que tarde o temprano tendrán que lidiar con las dificultades que encuentren en los diferentes caminos que transitan a medida que crecen. Es evidente que cuando son pequeños los adultos intentamos facilitarles las cosas, pero con los juguetes de robótica para niños ya pueden empezar a intentar solucionar por sí mismo ciertas complejidades, aunque como adultos siempre estemos dispuestos a darles una mano.
- Autoestima: Crecer confiando en uno mismo es fundamental, cuanto mayor es la autoestima del niño, tendrá más ansias por descubrir nuevos horizontes y dará rienda a su creatividad para alcanzar nuevas metas.
- De los errores también se aprende: La curiosidad y la pasión para alcanzar nuevas experiencias, siempre tendrá escenarios de error. La mejor forma de aprender es saber lo que NO debemos hacer. Por ello, si el niño está intentado realizar una actividad de robótica y se da cuenta dónde está fallando y posteriormente lo corrige y lo hace bien, es una enseñanza que le sirve para comprender que los errores existen, tienen solución y que de ellos se aprende.
Muchos de los beneficios de los que hablamos antes, van dirigidos hacia el crecimiento personal del individuo, pero también existen otros que podríamos considerar más prácticos, pero no por ellos menos importantes. Pues estos juguetes teledirigidos, son juguetes de habilidad, que nos plantean retos continuos e invitan a los niños a gestionar diferentes situaciones que requerirán de su atención, por lo cual desarrollan habilidades como:
- La orientación: con el control remoto, los pequeños aprenden a identificar dónde tienen su derecha y su izquierda; qué significa arriba y abajo, y cómo pueden mover el coche hacia delante y hacia atrás.
- La coordinación: manos y ojos es fundamental cuando se trata de un teledirigido, por ello, saber utilizar ambos y a la vez es esencial para manejar un juguete de radiocontrol.
- La psicomotricidad: Los botones, las palancas o el manejo de un volante les obliga a ejercitar los dedos y además a trabajar los movimientos con determinada suavidad para evitar maltratar tanto el control, como al juguete. Esto potencia la motricidad fina.
- La imaginación al poder: Los teledirigidos le permiten al niño crear su propia historia ante las situaciones a las que lleva el juguete, puede tratarse de pilotar un coche de carreras, aviones, un experimentado bombero o una temeraria astronauta, la imaginación no tiene límites.
- Desarrollo de los reflejos: Los juguetes teledirigidos, le permiten al pequeño afinar sus sentidos, aumentando su capacidad de reacción.
Edades recomendadas
Un factor importante para obsequiar a los pequeños juguetes teledirigidos del tipo que sea, depende mucho de la edad, esto principalmente por las piezas pequeñas -en caso de que sea uno de construcción individual- o por la dificultad a la hora de maniobrar. De nada sirve comprarle un coche a control remoto de gran velocidad a un niño de 3 años, pues no disfrutará del mismo por las propias limitaciones que tiene su edad y su coordinación.
Por ello, es importante tomar en cuenta la edad de quien va a recibir el regalo y comprar el obsequio que se adapte mejor a su edad, no solo por seguridad, sino por el disfrute que pueda proporcionarle. Si estamos hablando de niños pequeños, existen juguetes teledirigidos que son controlados por los adultos y que se adaptan a sus intereses y necesidades propias de la edad.
Para niños más grandes, entre los 6 y 7 años, los juguetes teledirigidos son más disfrutables que para los pequeños, pues ya tienen la independencia necesaria para realizar cosas por sí mismo y son menos peligrosos si requieren de armar piezas. A medida que los pequeños se van haciendo mayores, se puede ir subiendo el nivel de dificultad de la construcción y del manejo del juguete, para que de esta manera, el reto sea aún mayor.
¿Dónde jugar?
Esto dependerá del tipo de teledirigido que se vaya a comprar. Ya hablamos de las edades recomendadas y del tipo de juguete ideal para ello, sin embargo, existen otros factores como el dónde y cómo jugar.
Si se trata de un coche, helicóptero o avión, es evidente que necesitamos de espacios abiertos para poder sacarle el mayor provecho al teledirigido, pero si este requiere de su construcción, lo ideal es primero armarlo en un ambiente controlado, que evite la pérdida de piezas. Todo dependerá del tipo de juguete que se adquiera y de lo que necesite para su funcionamiento.
Como consejo, les recomendamos cargar las baterías antes del día de reyes, pues es un detalle que aunque parece tácito, suele ser un error que se comete, al pensar que la batería está cargada en su totalidad al momento de la compra. A su vez, es necesario recordar que si bien es cierto que estos juguetes les proporcionan a los niños mucha independencia, los adultos siempre debemos estar a su lado, enseñándolos y acompañándolos para solventar sus dudas y para disfrutar de la emoción que significa ver a nuestros pequeños llenos de ilusión en una fecha tan bonita.