Si hace años nos hubieran dicho que lo compraríamos todo por Internet hubiéramos dicho que estaban locos. Hace tiempo éramos reacios a comprar por la red. Sobre todo pensando en posibles engaños. No nos fiábamos de eso de dar nuestros datos a la pantalla de un ordenador. Sin embargo, con el paso del tiempo se ha hecho lo más natural. Hasta el punto de que cada año son más las ventas on line que se producen. Ahora bien, no siempre todo va sobre ruedas. En ocasiones se producen problemas que hay que saber reclamar.
Si tu reclamación es sobre garantías, hojas de reclamaciones, publicidad engañosa o temas relacionados con prestaciones incorrectas del servicio, debe dirigir su queja a su oficina municipal de información al consumidor o al responsables de Comercio y Consumo de cada comunidad autónoma, donde además, le podrán informar si la empresa está adherida al Sistema Arbitral de Consumo y solicitar un arbitraje.
Cuando quieras comprar en una página web tienes que fijarte en algunos aspectos. Por ejemplo, el vendedor debe informar de su identidad, su razón y domicilio social, teléfono de contacto y correo electrónico. Además, se tiene que ofrecer información sobre el precio total, impuestos y tasas incluidos y todos los cargos adicionales por el envío de los productos, si existen. Deben venir expresados en moneda nacional. También deben especificarse las condiciones de compra y las formas de pago. Si son muchos aspectos los que no vienen, deberías desconfiar.
Por tu seguridad
Hay algunos puntos básicos para saber si tu navegación es segura. Por ejemplo, en que la URL de esa página comience por https:// y busque un candado o llave junto a la barra de dirección o en algún otro extremo de la pantalla. Si está cerrado o se ilumina significa que usted se encuentra en una página segura.
Si has comprado por Internet y cuando ha llegado a tu casa no responde a las expectativas, tienes que hacer esto. Puedes devolver el producto en un plazo de 14 días naturales desde el momento en que reciba el bien o, si se trata de un servicio, desde el momento en que se celebre el contrato, sin necesidad de alegar ningún motivo y abonando únicamente los gastos de devolución. Para ello, es imprescindible que, antes de que finalice el plazo, le comunique al vendedor su decisión, preferiblemente por algún medio que deje constancia fehaciente, como burofax, telegrama con acuse de recibo, SMS con texto certificado, etc, o a través del sitio web habilitado por el propio empresario y que realice la devolución de los bienes.
A su vez, el vendedor deberá efectuar el reembolso de lo pagado utilizando el mismo medio de pago empleado por el consumidor o el que sea de su preferencia.
Dónde ir
Si el problema persiste, deberás hacer una reclamación en la oficina municipal de información al consumidor o a la Dirección General de Comercio y Consumo, donde además, le podrán informar si la empresa está adherida al Sistema Arbitral de Consumo y solicitar un arbitraje.
Si pasado un tiempo prudencial no hay respuesta, el siguiente paso es acudir a Arbitraje de Consumo. El arbitraje es gratuito y su fallo será vinculante, es decir que aquello que decida, equivaldrá a una sentencia judicial. Pero solo podrá hacerlo si la empresa reclamada está de acuerdo o está adherido a arbitraje. Por eso recomendamos que antes de comprar o contratar algún producto o servició consulta si está en la lista de establecimientos adheridos a arbitraje para evitar futuros problemas.
Finalmente si la empresa no acepta el arbitraje, porque no quiere ponerse de acuerdo o porque no está adherido a arbitraje y no quiere sumarse, el siguiente paso es acudir a la vía judicial con todos los gastos que eso supone. “Ir a juicio suele ser lento y caro, pero si te compensa económicamente o tienes pruebas suficientes para ganar, no te rindas”, aseguran desde Trámites Fáciles Santander, un despacho de abogados con más de 10 años de experiencia. Dependiendo de la indemnización que solicites la tramitación será diferente y los costes variarán.
Bien es cierto que reclamar algo on line no es tan fácil como algo físico. Ten claro que ante los precios ridículamente atractivos lo mejor es desconfiar: puede tratarse un error o de un fraude. Ante esto, lo mejor es buscar referencias del vendedor antes de hacer el pago para evitar ser víctima de un estafador. Aunque pagues, si no has recibido el producto comprado, el comerciante podría intentar paralizar el proceso de compra-venta explicando que ha sido un malentendido.