Desde el ministerio de Sanidad se ha anunciado la incorporación en los productos procesados de un etiquetado frontal llamado NutriScore que ha ido suscitando opiniones encontradas, hasta en los propios dietistas/nutricionistas. Lo mejor es esperar a su implantación y la forma en la que se hace.
Tenemos que tener en cuenta que los alimentos saludables normalmente no llevan etiquetas al ser productos frescos. No es menos cierto que el alto ritmo de vida que llevamos y las comodidades han hecho que busquemos consumir productos ya elaborados como puede ser el tomate frito.
El Tomate
En el mundo el primer productor es China, encontrándose España en octava posición y siendo con Italia y Holanda los productores principales de la Unión Europea. El tomate es una verdura que es bastante consumida por los españoles. Su contenido en agua es del 94% y tiene pocas calorías.
En el tomate existen un conjunto de compuestos llamados fitoquímicos que están presentes también en otra clase de vegetales asociados por sus efectos beneficiosos para la salud. Se piensa que la acción que tiene en la inflamación y en el sistema inmune es la causa de que se consuma en las dietas sanas para colaborar a prevenir enfermedades.
El tomate frito se usa en muchos productos y aunque es fácil prepararlo caseramente, cada vez se vende más el tomarte frito. Podemos encontrar algunos tomares de gran calidad como Heinz, Orlando o Hida, otra marca que está creciendo mucho en los últimos años por su buena fama.
Debemos recordar que en el etiquetado, por una parte se encuentran los ingredientes donde viene el orden por la cantidad y por otra parte la tabla nutricional donde se indicada por 100 gramos el perfil del producto en base a la energía, proteínas, hidratos de carbono, fibra, grasa y sal.
Las tablas nutricionales y el marketing
Se puede leer en los envases de tomate frito mensajes como “100% sabor a puro tomate” “con la receta de la abuela”, “estilo casero”, Etc. Todos estos mensajes lo que hacen es atraer y ayudar a que se compren los productos. En este caso lo que debemos no es fijarnos en dichos mensajes , lo importante es el contenido.
Busca el apartado de ingredientes en el envase y mira el contenido que tiene de tomate y la clase de aceite.
Lo mejor es elegir el que tenga un contenido de tomate mayor, donde el aceite de oliva será mejor que el de girasol y aún mejor si es virgen extra. En esta selección que hagamos lo mejor es evitar los que tengan almidón de maíz, por su respuesta glucémica, aunque el uso tiene autorización para la mejora de la textura y la emulsión.
En la misma marca pueden llegar a encontrarse hasta variaciones en la propia composición.
Por lo general en los ingredientes también se indica su contenido en sal y azúcar, pero sin saber cuánto. Para conocerlo, hay que volver al etiquetado y buscar el envase en la table nutricional. El que tenga menos cantidad de azúcar y menos de 0,5 g de sal cada 100 g por producto, serán los que debamos elegir.
¿Qué conclusiones podemos sacar?
- El tomate es un alimento fabuloso que es parte importante de la dieta mediterránea más sana.
- Podemos hacer tomate frito en casa con recetas fáciles, pero la vida que llevamos hace que muchas veces lo más práctico sea comprar tomate frito ya envasado.
- A la hora de elegir tomate frito envasado hay que fijarse en ingredientes como el contenido de tomate, tipo de aceite y en las tablas nutricionales, especialmente en el contenido que tiene de azúcar y sal.
- Aunque llegue a instaurarse el Nutriscote, se pueden seguir realizando buenas elecciones según los ingredientes y la tabla nutricional, debiendo recordar que los productos frescos van a ser la elección primera.
Esperamos que os haya quedado bien claro todo sobre el tomate frito. Lo cierto es que las marcas punteras del mercado cada vez han ido perfeccionando el tomate y actualmente tiene muchas propiedades beneficiosas.
Seguro que ahora ya sabes mejor cómo comprar el mejor tomate frito cuando vayas sl supermercado de tu barrio. Desde aquí te deseamos suerte a la hora de elegir tu marca de confianza.